Natalia había salido del colegio y mama patricia estaba como siempre trabajando hasta las 9 de la noche, horario en que emprendía su regreso a casa para reunirse con Paula su hija mayor y Natalia su hija menor. Pero ese trece de marzo, un día antes de empezar las clases, Natalia no había vuelto. El TEL del instituto sonó .Un agente de la comisaría 17 le informaba a patricia que Natalia había sido detenida en plaza Francia por posesión de estupefacientes. Al llegar le dijeron que no podía retirar a su hija porque había una orden judicial de detención sobre ella ¡que se iba a ir patricia! ,nada en el mundo importaba mas que esa criatura, que quien sabe por que desgracia del destino había quedado atrapada en ese horror. Le rogó al oficial, le rogó a los policías, la rogó a quien tuviera que rogar. Hasta que como a las 12-30 hs de la madrugada apareció alguien que parecía tener más importancia y sonaba a subcomisario, patricia rogó otra vez. Ya estaban listos los teléfonos de los abogados que había que despertar para que la ayudaran. Alguien tenia que escucharla. Era una criatura de 14 años. No una delincuente avanzada.
El comisario se apiado y no sin antes propiciar las palabras que harán reaccionar a patricia: señora yo se la entrego pero es la última vez, haga algo con esta chica porque la próxima voy a tener que procesarla y dejarla adentro. Mañana van a empezar las clases y vos vas a faltar -pronuncio patricia, para quien la vida empezaba y terminaba en el colegio, estudiar, hacer los deberes.
A las 7-30 hs Natalia como si nada hubiera pasado, se vistió, y partió a la escuela. No tardo en sonar de nuevo el teléfono. No podían ser buenas noticias de Natalia. La directora, horrorizada porque habían visto a Natalia fumando en el patio del cole en un recreo, Natalia no podía quedarse, ya la habían echado. Esa mañana la gota había rebalsado el vaso. Patricia comprendió que Natalia estaba mal. Era hora que su sentido común pudiera más que su negación. Su hija consumía drogas, tenía cocaína en la zapatilla, ¿que más podía esperar?

Una psiquiatra de guardia ordeno la urgente internación, fue así que 24 hs mas tarde Natalia quedaba internada en un hospital psiquiátrico para adolescentes, justo al lado del borda. Fueron casi 3 meses los que patricia no sabia como defender a su hija, viviendo en desesperación.
El doctor asignado para Natalia supo entender, y dijo la verdad que no se justifica este lugar ya que este es para casos graves psiquiátricos y su hija es adicta La palabra la hirió , dolió, se clavo en el pecho como un estilete , hay que buscarle un lugar para adictos un lugar de recuperación., explico el doctor.

La trasladaron a una institución, fría, e insensible, Nati empezó pero se la veía mal, yo creí que con el pasar de los días, la abstinencia la iría mejorando, pero no fue así.

Un día me comunicaron que Natalia tenía que ser desvinculada del tratamiento ya que había consumido ahí, también. Otra vez en la calle con Natalia y sin saber a quien y donde recurrir. Mire al cielo y le pedí a mi madre y a mi padre , quienes jamás me abandonaron que me ayudaran .Fuimos a otro lugar en el cual Natalia confeso que no podía parar de consumir y que su vida no tenia sentido, el Dr. le dijo que tenia un lugar para ella , llamemos, dijeron que , y ese es el lugar que Natalia encontró para encontrar de nuevo la vida.,esa que yo le había dado casi por milagro – se me había muerto la hermanita que la precedió 15 años antes habría celebrado?, ella había cumplido sus 15 en un psiquiátrico. La atendieron y supieron que decir para ser escuchados, el viejo y la vieja estaban protegiéndola.

Yo no creía en nada ni nadie pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario por mi hija, que luego fue ella la que me abrió las puertas de un camino que hoy se, no abandonare jamás.

A los pocos días cuando vi a Natalia me dijo, mama sabes lo que tenes que hacer, pedir ayuda e ir a los grupos – le dije ¿a caso no sos vos la drogadicta, que tendría yo para trabajar? Pero fui, más allá de mi negativa y mi resistencia .Encontré un mundo nuevo que no sabia que existía.
La mía había sido una familia disfuncional, con un padre ausente y yo las había criado sola sin parar de trabajar, sin permitirme ni un día de distensión, ella había estado solita sin su mama. Yo era un hueso duro de roer, mi omnipotencia, el creer que había hecho todo bien, esa soberbia que me había servido como coraza para enfrentar una vida hostil, me acompañaban y no podía sacármelas de encima.

Pero fui viendo el progreso de Naty y mis miedos fueron se, las puertas de la institución estaban abiertas, nadie estaba forzado, y Naty se quedo. El testimonio de sus compañeros la buena onda que reinaba en el lugar, el amor con mayúsculas que se respiraba hizo que Naty empezara a caminar y se dejara de arrastrar.

Yo tuve que aprender junto a mi hija, empecé a creer en Naty, descubrí las herramientas del programa, pero y mi resistencia continuaba, supieron esperarme, confrontar mi falta de limites, que la complacencia no era amor si no que lo era saber decir no a tiempo Ese amor era el de co adicta, este amor que yo estaba empezando a percibir era que quien amamos pueda hacerse cargo de su parte sin la injerencia nuestra, sin hacer por el, si no enseñando que lo haga por si mismo. Así descubro lo que es el desprendimiento emocional, Hoy hacen casi 3 años que la llovizna que  opera el programa es una forma de vida, todo cambio a mi alrededor, eso permitió que Natalia tuviera vida propia y que dejara de ser mi apéndice. Ella pudo hacerse cargo de su persona. Yo también he logrado cosas: acompañar sin invadir respetarme, desarrollar mi propia vida para no consumir o vivir la de otros, aplicar las herramientas.

No me gusta la palabra gracias porque se usa para todo y a veces no dice mucho, pero les aseguro que acá dice todo … gracias a los abrazos, la contención, el programa, el cuidado por habernos dado el oxigeno de una filosofía de vida. Con Identidad pudimos encontrar el camino, ojala este testimonio les sirva para alejar la desesperanza y reemplazarla por un voto de vida.